José Pablo Valencia Poblete, conocido como Padre Jota, es oriundo de Concón, y hace 11 años que se dedica al sacerdocio. Actualmente es párroco en la parroquia San Rafael de Nueva Aurora, donde complementa sus labores formales de pastoral con uno de sus mayores hobbies: la música.
Con problemas para adaptarse a la vida escolar, encontró en la música un nuevo canal de comunicación. “La música tomó un poder importante porque era la manera de expresarme”, reconoce. Durante la pandemia comenzó a difundir su música por medio de las redes sociales y gracias a las transmisiones en vivo de ese tiempo, el Padre Jota logró llegar con sus canciones a un público no solo de Chile, sino que también de otros países. “Llevo un año trabajando en esta área, en este mundo de la vida digital, descubriéndola, aprendiendo”, explica.
Actualmente es artista del sello Misericordia Music, división discográfica dedicada a potenciar el talento católico y acompañar a ministerios ya consagrados. Su primeros singles fueron “Volar ”, “No me dejas”, “Puedo” y “Rescátame”.
¿Qué fue lo que lo motivó a involucrarse en la música?
Desde pequeño he estado involucrado con la música. Tengo déficit atencional e hiperactividad, por ende toda mi infancia durante el colegio fui el “cacho del curso”, porque a mí me interesaban más las hormigas y disfrutar de las mariposas que andaban volando, que las matemáticas. En ese contexto, donde sufría tanto porque me sentía tonto, no me iba bien en la escuela porque no descubría que mi manera de ver era distinta a los otros. La música tomó un poder importante porque era la manera de expresarme. Desde ahí comenzó este amor y gusto por la música y con el tiempo la fui consolidando como mi gran compañera. La música fue la que me ayudó a aprender matemática, porque la música implica matemática, es matemática absoluta.
¿Qué busca transmitir con su música?
La música es mi medio para dar a conocer lo que quiero mostrar al mundo, como Dios que también va haciendo camino conmigo en el proceso. Así nacieron canciones como «Volar», «Rescata mi abuelo», que son canciones que cuentan la historia donde Dios me acompaña en ese día de dolor y voy entendiendo que Dios me llama, no a pesar de mi fragilidad ni mi debilidad, sino que me llama con mi fragilidad y con mi debilidad y me lleva a servirle. Eso es maravilloso porque hay una mirada integradora. La música ha sido un canal de expresión súper fuerte para mí, para dar a conocer justamente aquello por lo que Dios ha ido construyendo.
¿Cómo ha sido la percepción de su entorno?
Hay de todo un poco. Hay personas que consideran que está mal, que no se puede hacer nada más que celebrar misa y confesar, pero también he recibido mucho cariño y mucho apoyo de las personas que van caminando conmigo, las personas que van sumándose a las comunidades virtuales. En redes sociales hay mucho apoyo, porque lo más bonito de esto es que le van encontrando sentido o se van identificando con los contenidos que yo voy generando. El círculo más cercano es apoyo absoluto, el obispo me apoya mucho y está al tanto de lo que hago en las redes con la música y me da los permisos necesarios cuando tengo que salir de gira a otros países. Tengo un fuerte apoyo institucional, gracias a Dios.
Estuvo de gira fuera de Chile ¿Cómo fue esa experiencia?
Estuve cantando durante un mes durante julio y agosto en Estados Unidos, México y en Costa Rica. Canté en un gimnasio repleto y fue una locura porque yo no había dimensionado el efecto o lo que logran las canciones que Dios inspiró en mi vida en personas que están tan lejos de mi país. En un momento empecé a cantar una canción que se llama “Rescátame” y ví como las personas empezaron a corear las letras, fue súper emocionante porque no lograba dimensionar que acá en el fin del mundo, donde hago una canción, llegue al otro lado, al otro extremo y que la canten conmigo, de verdad que fue un regalo de Dios.
¿Estás invitado al CristoPalooza?
Sí, estoy invitado a gusto. No sabía si podría realmente asistir porque soy párroco y tengo una parroquia a cargo, pero gracias a Dios me ayudaron y voy a poder participar en esta cuarta edición de este festival que se realiza en Constitución.
¿En qué consiste el CristoPalooza?
Es un festival que no es solamente ir a cantar, sino que también se invita a los músicos y cantantes que vayamos a hacer misión. La experiencia que se nos propone a nosotros como músicos y cantantes es generar o hacer vida comunitaria. Vamos a salir a sectores, poblaciones, vamos a tener que realizar una misión como tal durante tres días, terminando con un recital el día sábado y domingo en la plaza, en pleno centro de Constitución.
¿Cuál crees que es la importancia de la música en la vida de cualquier persona?
El arte en general es la expresión humana más profunda de las vivencias particulares que se está teniendo en ese contexto. La música y el canto, como arte, también va narrando experiencias profundas. Por ejemplo, cuando me ha tocado vivir el dolor profundo, necesitando a Dios o sentirme a veces llamado por Dios, ahí surge una importancia tremenda de identificarse con las experiencias propias y saber que uno no está solo, saber que no es el primero ni el último que está en aquellas circunstancias y la música, muchas veces, desde lo emotivo o desde lo sentimental, toca el corazón y la vitalidad de la persona, y la puede ayudar a abrirse a nuevos caminos, a resignificar la historia, a entender que la vida no termina con el hecho de tener un problema concreto, sino que la vida continua. Yo les invito a apoyar a sus cantantes católicos y a apoyar a la música.